sábado, 30 de agosto de 2014

La buena escuela no asfixia la creatividad

Todos tenemos una faceta imaginativa que despierta en la infancia y va apagándose con los años

Algunos expertos creen que las reglas escolares castran, otros subrayan sus beneficios sociales y cognitivos

HEBER LONGÁS / EL PAÍS

Tendemos a ver la creatividad como algo chic y elitista, solo al alcance de unos pocos privilegiados. Así lo interpretó en 1999 el psicólogo social Howard Gardner en Inteligencia reestructurada: múltiples inteligencias para el siglo XXI. Sin embargo, con los años se va imponiendo la visión democrática de Ken Robinson, convertido en todo un gurú para un séquito de pedagogos. En opinión de este educador y conferenciante de masas, “todo el mundo es capaz de tener éxito en algún área si se dan las condiciones precisas y se ha adquirido un conocimiento relevante y unas habilidades”. Hasta ahí todos satisfechos. El problema llega ahora. Según este británico, la escuela mata esta creatividad que no tiene por qué ser artística, como solemos imaginar, sino científica o social.

Según Robinson, al profesor solo le interesa que se conteste lo que está en los contenidos del temario, lo que provoca la frustración de aquellos niños que son más arriesgados y a los que les gusta improvisar. Eso provoca que cada vez se atrevan menos a pensar de manera diferente por miedo a equivocarse. Tienen un comportamiento más rígido y convergente. Todo ello, en opinión del pedagogo, tiene su origen en una escuela anacrónica concebida durante la revolución industrial pensando en la producción en cadena. Un esquema que casa mal con una sociedad basada cada vez más en los servicios y el conocimiento.

El filósofo José Antonio Marina en el blog de su proyecto Observatorio de la Innovación Educativa se muestra disconforme: “Este tema no se puede despachar a la ligera. No se puede desprestigiar la respuesta correcta, como hace Robinson. No hay una solución creativa a la tabla de multiplicar, ni se puede mezclar Napoleón con Harry Potter en un relato histórico. Tampoco se puede ensalzar tanto el pensamiento divergente que se anule el pensamiento convergente”.

El tiempo es fundamental para que las ideas fluyan", dice una profesora

“La escuela fagocita la creatividad si tiene un punto de vista tradicional y se aplica la metodología de siempre. Pero sí que hay profesores que saben desarrollarla”, opina Beatriz Valderrama, autora de Creatividad inteligente: guía del emprendedor (Pearson, 2012). “Es bueno ir a la escuela infantil. Tiene grandes beneficios cognitivos y sociales. Estar con otros niños les despierta la inteligencia emocional. Conocen otros mundos, aprenden a compartir y desarrollan capacidades motrices”. Algunos informes muestran que la escolarización temprana mejora el rendimiento académico, pero los principales factores determinantes del éxito escolar siguen siendo el origen social y el nivel formativo de los padres.

Niños del colegio Aldebarán de Tres Cantos (Madrid). / GORKA LEJARCEGI

La Enciclopedia de malos alumnos y rebeldes que llegaron a genios, de Jean-Bernard Pouy, Serge Bloch y Anne Blanchard, pasma con un listado de personalidades que, curiosamente, solo incluye un nombre femenino, Agatha Christie, la reina de la novela negra. El físico Stephen Hawking no aprendió a leer hasta los ocho años; Evariste Galois, padre del álgebra moderna, no pasó dos veces la prueba de acceso a la Escuela Politécnica de París; de John Gurdon, reciente premio Nobel de Medicina, la elitista escuela Eton escribió “no tiene posibilidad de estudiar una especialidad. Sería una perdida de tiempo para él y para los que deberían enseñarle”; Thomas Edison, inventor de la bombilla eléctrica que obtuvo más de 1.000 patentes, estudió en casa con su madre porque fue expulsado del colegio... La lista es interminable: pintores (Dalí, Picasso, Cezanne, Leonardo), escritores (Dumas, Balzac), músicos (Verdi, Debussy) o mandatarios (Napoleón, Churchill). Y no faltan genios contemporáneos —demostrando que al menos en las últimas décadas el sistema ha fallado— como Larry Ellison, Bill Gates y Steve Jobs.

La creatividad sirve para solventar conflictos, innovar,  relacionarse mejor

El niño convive de forma progresiva con el mundo desde que empieza a comer y dormir, y estas primeras etapas tempranas son especialmente arriesgadas, pioneras y prometedoras. Es lo que el psicoanalista Sigmund Freud llamaba “inteligencia radiante”. Mientras que Goethe, en la misma línea, aseguró en su obra Poesía y verdad: “Si los niños continuaran creciendo con la misma fuerza, contaríamos con cientos de genios”.

Las maestras de infantil Arantza de las Heras y Rosa Fernández se dieron cuenta en cuanto empezaron a ejercer de que “perdían” algunos niños cuando se les obligaba a sentarse a hacer fichas y seguir un libro con tres años. Así que en las aulas del colegio público Aldebarán en Tres Cantos (Madrid) los alumnos de cinco años desarrollan su creatividad cada uno a su ritmo. Cada mañana se reúnen en asamblea y deciden qué quieren hacer, y las maestras encauzan sus deseos. “No se trata de decir: haz lo que quieras. Le planteas preguntas y luego él opta por lo que quiere hacer”. Sin olvidar que a través del conocimiento del sistema solar se puede introducir lógica matemática o lectoescritura.

Montse Julià, directora del centro Montessori-Palau (Girona), cree a pies juntillas la teoría de Robinson. “El niño no puede estar sometido a una rutina de asignaturas en un colegio en el que solo se le enseña a obedecer unas órdenes”. Por eso en las enseñanzas infantil y primaria de su colegio cada uno va por libre —“el tiempo es fundamental para que las ideas fluyan”— y se juntan en el mismo aula niños de tres a cinco años y de seis a ocho. “Así juegan tres papeles. El de pequeño, que tiene como referente al mayor; el de mediano, y el grande, que consolida lo aprendido”.

El maestro del método Montessori planifica algo nuevo cada dos días, y cada cual decide si va a hacer sumas, leer o aprender ortografía. “Solo hay un horario para el comedor y para clases especiales: educación física, violín..., cuenta Julià. “Es muy positivo. Los fundadores de Google cuentan en un vídeo que si han sido innovadores porque con Montessori tuvieron flexibilidad en el aula, espacio para pensar”.

Desarrollar su inteligencia emocional es tan importante como su faceta creativa

Pensar con los dos lados del cerebro. El lado izquierdo resuelve los problemas algorítmicos, que son aquellos con una solución fija (una resta, por ejemplo) porque se solucionan aplicando una regla. Y el derecho, se preocupa de los problemas heurísticos, cuya respuesta hay que inventarla porque no hay a qué agarrarse. En este lado se concentra nuestra creatividad, fantasía o expresión de las emociones (ver gráfico).

Asesine o no la escuela, lo que está claro es que el papel que juegue el maestro es de vital importancia. Caroline Sharp en su artículoDesarrollando la creatividad infantil: ¿qué podemos aprender de la investigación? sostiene que “tolerar la ambigüedad, plantear preguntas con distintas respuestas, animar a la experimentación y a la persistencia y felicitar al niño ante una contestación inesperada”. Todo eso sin perder de vista que el alumno tiene además que “aprender a juzgar cuándo es apropiado divergir y cuando debe mostrarse de acuerdo”.

Son las diez de la mañana y los alumnos del Aldebarán eligen el color de su cartulina. En ella pegan su retrato preferido y decoran la hoja a su gusto. De casa han traído botones, trozos de tela, poliespan, pegatinas... y el resultado es asombroso. Paula titula Sorpresa y solapa su foto con su retrato dibujado; Darío cambia la O de su nombre por un botón; Alicia, que ha optado por un cartón mucho más grande, homenajea a su gata Amaya con una delicadeza que muchos quisieran... De fondo suena Nena da Conte, la música favorita del alumno de la semana. Bailan un poco y siguen con su tarea, salvo uno de los niños que no quiere hacer nada y la profesora le permite que se recueste en el suelo. Ellas opinan que es fundamental la implicación de las familias. Cada viernes —son dos clases de 14 niños— los padres de un alumno comparten con el resto alguna afición de su hijo. Por ejemplo, pintan galletas con ellos.

Se necesita gente creativa para potenciar el desarrollo social y económico del país

La pregunta que se plantean los expertos es: ¿cuándo los niños empiezan a perder el asombro y las ganas de aprender que les hace creativos? Coinciden en que esto sucede hacia los seis años. Lo que no parece tener respuesta clara es si esto ocurre por mera madurez o por las convenciones sociales impuestas en el aula.

Desarrollar su inteligencia emocional es tan importante como su faceta creativa. Por eso en Tres Cantos tienen colgados en la puerta carteles de cinco estados de ánimo. Cada mañana expresan sus emociones, que cambian a lo largo de la jornada, colocando su nombre debajo de un estado. No falla, después del recreo varios muestran su enfado.

Es indiscutible que la infancia es la mejor edad para aprender a aprender y para sentar las bases de la cooperación y la resolución de problemas, pero hay quien ha empezado a poner en duda que sea la etapa de la vida más creativa. Mark Brackett, director del Centro de Inteligencia Emocional de la Universidad de Yale, lo planteaba hace unos días: “Hay también informes que dicen que la creatividad crece cuando eres adulto porque te conoces mejor a ti mismo, a tus emociones”.

Balzac decía: no existe gran talento sin gran voluntad

El Centro de Inteligencia Emocional nace ahora de la colaboración de la prestigiosa universidad y la Fundación Botín, que abrirán en Santander un centro de arte que aspira a ser referencia mundial. Juntos estudiarán cómo canalizar la creatividad a través de las artes, convencidos de la necesidad de contar con una ciudadanía creativa no solo por su bienestar individual, sino para potenciar el desarrollo social y económico del país. Aprovechar ideas que surgen como respuesta a un sentimiento artístico. “Aunque sean negativas. Como la célebre frase de Woody Allen saliendo de la ópera: ‘Cuando escucho a Wagner más de media hora me entran ganas de invadir Polonia”, ironiza Brackett.

“Yo siempre he tenido clara la importancia de la creatividad, pero mucha gente no. Quizá desde que llegó la crisis y se empezó a hablar de emprendimiento la cosa cambió y hay más interés por la capacidad de crear”, argumenta Íñigo Sáenz de Miera, director general de la Fundación Botín, que pone en marcha cada curso talleres creativos en 80 colegios.

“La creatividad es una forma de mirar y resolver los problemas de la vida. Hay que cambiar la actitud. Sirve para todo en la vida: para solventar conflictos, innovar, relacionarse mejor”, anima Valderrama que trabaja esta faceta en un máster de Educación Secundaria para futuros maestros. Ella observa cómo estos estudiantes desconfían de tener capacidades creativas y trata de estimularlos para que venzan esa barrera. “La creatividad es no es un talento innato. Hay que exponerse a estímulos creativos que no sean de las áreas habituales —películas y libros de otros géneros—, pararse a pensar, cuestionarse las cosas. Balzac decía: no existe gran talento sin gran voluntad. Y tenía razón. Parece magia, que un día a un inventor se le enciende la bombilla cuando detrás hay muchas horas de trabajo. Se necesita compromiso y pasión”.

Hay otros factores que parecen menores sin serlo. Como el tamaño y la disposición de la clase, el patio o jardín, la calidad del equipamiento y los materiales o el acceso a otros ambientes. “Es bueno que las aulas sean grandes para que el niño de un vistazo vea todos los materiales con los que puede aprender sin tener que recordar. Y los niños no están todo el día sentados. A veces se sientan en el suelo y hay que respetar su espacio”, sostiene Julià.

Creatividad pero con los pies en el suelo. El doctor Frank Emanuel Weinert, que trabaja con niños superdotados, lo describe así: “Kant decía que no se puede llegar a viejo sin haber creado diferentes hábitos a modo de esqueleto. No puede ser que cada día haya que encontrar razones para lavarse los dientes. Eso no lo aguanta la naturaleza humana”.

viernes, 29 de agosto de 2014

Lope entra en la casa de Shakespeare

La compañía Fundación Siglo de Oro lleva por vez primera una tragedia del autor español al Globe

El teatro Globe de Londres.

La emoción está servida: cuando el próximo lunes suba el telón del Globe Theater de Londres, casa y salvaguarda de su mayor gloria nacional,William Shakespeare, no se escucharán sobre el escenario las palabras y la lengua del Bardo de Stratford-upon-Avon, sino el verso castellano de un genio continental: Lope de Vega. Jamás la obra de un autor español había pisado la célebre institución británica, solo en contadas ocasiones lo han hecho autores ajenos a la órbita shakesperiana, “y desde luego nunca un autor clásico de otra gran tradición”, afirma Dominic Dromgoole, director artístico del teatro y principal impulsor de la aventura.

La compañía madrileña Fundación Siglo de Oro es la elegida para el simbólico reto. “Para nosotros el Globe era uno de esos referentes que uno cree lejanos e inalcanzables”, asegura Rodrigo Arribas, fundador junto a Alejandra Sáenz de la compañía y unos de sus actores principales. “Supongo que nos sentimos como un futbolista cuando pisa por primera vez el Bernabéu o Maracaná. Tocar algo que nunca soñaste que sucedería”.

Curtida desde hace una década en el estudio y representación del teatro barroco español, la Fundación Siglo de Oro llamó la atención de la directiva del Globe en 2012, cuando su equipo directivo rastreaba el mundo en busca de compañías de teatro para participar en las llamadas Olimpiadas Culturales de Londres. La agrupación madrileña fue seleccionada entonces para un proyecto internacional que consistía en representar las 34 obras de Shakespeare por otras tantas compañías extranjeras. A ellos les encargaron la tarea de llevar a escena Enrique VIII(por el protagonismo que tiene Catalina de Aragón) y, a todas luces, dejaron huella.

Casi dos años después, el grupo vuelve al Globe, pero con la obra crepuscular de un autor que se conocen al dedillo. El castigo sinvenganza, única obra inequívocamente trágica que firmó el prolífico padre de El perro del hortelano, llevará al corazón de Shakespeare ese pulso entre deseo y deber, entre honor y amor y entre razón y corazón que mueve la fatal historia del poderoso Duque de Ferrara y de su joven hijo bastardo Federico, enamorado sin remedio de su madrastra Casandra.

Rodrigo Arribas, actor y cofundador de la Fundación Siglo de Oro en 'El castigo sin venganza' de Lope de Vega.

Sin realidades maniqueas, sin buenos ni malos, como en Shakespeare, Lope concentra toda la complejidad humana sobre una simple tabla de madera. “Lope se pone serio y lleva al extremo uno de sus temas recurrentes: el amor imposible”, apunta Ernesto Arias, director del montaje. “Plantea una relación incestuosa que en aquella época era un tabú absoluto y lo hace sin ofrecer soluciones y sin señalar a ningún personaje”.

“Lope es muy admirado y querido en Reino Unido, pero nos interesaba sobre todo porque tiene muchas similitudes con Shakespeare”, explica Dominic Dromgoole. “Es la primera vez que un dramaturgo extranjero se representa aquí, abrimos la mano con alguna tragedia griega y con algún autor moderno británico, o con obras de Shakespeare reinterpretadas por otras culturas, pero desde luego jamás un autor clásico de otra gran tradición. Pero existe una correspondencia histórica entre Shakespeare y Lope que es importante para nosotros porque, de diferentes maneras, les hermana su perfil salvaje y apasionado. Les une también su manera de dirigirse al público, esa enorme ambición a la hora de abordar las historias que querían contar. Son grandes retratistas de la sociedad en todo su espectro: la clase alta, la media y la baja caben en una misma mano”.

Esto es importante para nosotros, pero también los es para el teatro español, para la cultura española y sobre todo para nuestro idioma”, afirma Rodrigo Arribas

Con todo el acento puesto en el actor y en la palabra, la Fundación Siglo de Oro se caracteriza por la fidelidad en sus adaptaciones. “El Globe tiene una serie de exigencias, como la falta de iluminación y de escenografía, que se adaptan muy bien a nuestra propuesta”, señala Rodrigo Arribas, cuya compañía, que ha crecido sin ayuda de organismos públicos, se encargará el próximo octubre de la primera lectura dramatizada del recién descubierto inédito de Lope de Vega Mujeres y criados.

“En este tipo de representaciones, lo que no se verbaliza no existe”, explica Ernesto Arias. “El Globe [se trata de una reconstrucción fiel del original] es un teatro enorme, al aire libre, pensado para 1.400 personas, en la época 800 de esos espectadores estaban de pie, y lo que no se escuchaba directamente no existía. Es, para entendernos, esa tradición en la que que cuando un personaje dice ‘muero’, otro responde ‘muere’ y un tercero grita: ‘ha muerto’. Los actores irrumpen en escena hablando o anunciados por alguien. Todo, absolutamente todo, se mide por la palabra. El Globe mantiene esa tradición a cuyo espíritu se ajusta muy bien El castigo sin venganza”.

Que la palabra de Lope cruce las puertas de un teatro que representa la palabra de Shakespeare es para la compañía Siglo de Oro un éxito que trasciende su trabajo. “Esto es importante para nosotros, pero también los es para el teatro español, para la cultura española y sobre todo para nuestro idioma”.

¿Y cómo hubiera resuelto Shakespeare el drama de Lope? A Dominic Dromgoole le divierte el juego, pero sin apostar por una solución: “No tengo idea porque pese a sus coincidencias sus diferencias son enormes y muy importantes. Y sobre todo lo que le preocupaba al público de Lope no tenía nada que ver con lo que le preocupaba al de Shakespeare. Creo que por ese motivo nunca hubiesen llegado al mismo lugar ni quizá se hubieran planteado de la misma manera el mismo conflicto”.

Un conflicto que el lunes encarnarán actores que hacen orgánicos los textos, que saben de musicalidad y de contar una historia. Detrás, un patrimonio único: Lope se inspiró en una novela de Matteo Bandello basada en un suceso real ocurrido en la Italia del Renacimiento. Ya viejo, se sentía amenazado por los seguidores de Góngora (su rival) y por la llegada de nuevos dramaturgos como Calderón. De ese miedo, nace suvenganza: una obra sobre el deseo de revancha. Un poderoso despechado, un amor imposible y la muerte como salida pero jamás como solución. El padre enfrentado al amor y la piedad paterna que, sin posibilidad de redención, se agarra a las justificaciones del hombre humillado: “Seré padre y no marido / dando la justicia santa / a un pecado sin vergüenza / a un castigo sin venganza... castigarle no es vengarme / ni se venga el que castiga”. Y de fondo, la sabiduría del teatro, ese espejo que Lope, como Shakespeare, celebra como universal metáfora de la mentira como única verdad capaz de desenmascarar el alma humana.

http://cultura.elpais.com/cultura/2014/08/28/actualidad/1409252687_536208.html

jueves, 28 de agosto de 2014

Leer en aparatos electrónicos limita la comprensión

LEER EN APARATOS ELECTRÓNICOS LIMITA LA COMPRENSIÓN

eboo-ok--644x362

Un estudio reciente realizado en Europa revela que los lectores de libros en formato electrónico comprenden menos de los que leen en medios impresos.

Investigadores de la Universidad de Stavanger en Noruega pusieron a un grupo de 50 personas a leer una corta historia de 28 páginas de Elizabeth George, escritora estadounidense autora de famosos libros de misterio. La mitad de las personas lo leyó en medio electrónico mientras que la otra mitad leyó en papel. Ambos tipos de lectores respondieron un sencillo test que hacía alusión a características y personajes de la historia. Los lectores de la versión impresa tuvieron mejor desempeño en la prueba.
Anne Mangen, la investigadora principal de este estudio, afirma que los lectores se sumergen emocionalmente en la lectura cuando leen en papel. Margen se remite a un un experimento anterior a este en el que las personas habían leído una historia irritante tanto en papel como en un dispositivo electrónico.
“En esa prueba encontramos que los lectores reportaron sentimientos como empatía, transportación, inmersión y coherencia narrativa, mientras que los que leyeron en iPad no”, afirmó Mangen.
Cuando a las personas se les pidió realizar la reconstrucción de la historia los resultados también fueron similares. Se les ordenó colocar 14 eventos en orden cronológico. Los que leyeron en tabletas tuvieron menos aciertos que los que lo hicieron en formato impreso.
Los investigadores afirman que “la retroalimentación háptica, es decir, el sentido del tacto relacionado al iPad, no ofrece el mismo soporte mental para la reconstrucción de una historia como sí lo hace un libro de bolsillo”. La diferencia, explica Mangen, radica en que cuando una persona lee en papel puede sentir con sus dedos la cantidad de hojas y el avance de la lectura, mientras que en un aparato electrónico no. El contacto con el documento impreso ubica a los lectores y da solidez a la historia.
Otra investigación hecha en Noruega y publicada el año pasado analizó los resultados de comprensión de lectura de 72 estudiantes en los que la mitad leyó en PDF en la pantalla de un computador, y la otra mitad en hojas impresas. Los jóvenes que realizaron la lectura en formato tradicional tuvieron mejores resultados en una prueba de comprensión que los que lo hicieron en el PC.
Según los investigadores, con la digitalización de los documentos la lectura se está tornando fragmentada e intermitente. “Evidencia empírica indica que las pantallas tienen impacto negativo sobre los aspectos emocionales y cognitivos de los textos”, asevera Mangen.
Un dato curioso del estudio: la mayoría de las personas que participaron afirmaron que prefieren leer en un libro impreso.

martes, 12 de agosto de 2014

Robin Williams


Hoy me despierto con una triste noticia: mi actor favorito ha muerto. 

Él supo dar a los demás momentos especiales y de gozo con sus películas, pero parece que a él nada ni nadie supo darle una vida tranquila o, quizá, él no supo encontrarla.

Hoy quiero quedarme con sus momentos en el cine...

viernes, 1 de agosto de 2014

Escribir sin faltas con Lernstift Pen


Escribir sin faltas con Lernstift Pen

Escribir sin faltas con Lernstift Pen

La ortografía es una de las asignaturas pendientes de muchos alumnos que, acostumbrados a escribir mensajes de texto eliminando letras y con faltas, cometen errores al tomar apuntes, hacer ejercicios o redactar trabajos. Para evitarlo se ha diseñado este prototipo llamadoLernstift Pen, un lápiz inteligente que detecta cuándo se ha escrito mal una palabra y avisa a través de la vibración.

Lo consigue gracias a una sofisticada tecnología que reconoce los trazos de todas las palabras, por lo que es capaz de determinar cuándo se han escrito de forma incorrecta. Además, también puede configurarse para que, en lugar de reconocer las faltas, ayude a mejorar la caligrafía (en este caso, también vibra con los errores).

Aunque todavía se encuentra en fase de desarrollo, sus creadores (tres empresarios austriacos) tienen la intención de ponerlo pronto a la venta. También han planteado la posibilidad de ir añadiendo actualizaciones con nuevas funcionalidades que ayuden a los niños durante el proceso de aprendizaje.