Las familias nos desprecian, nuestras Consejerías y Ministerios nos cuestionan imponiendo un sistema en el que tenemos que demostrar constantemente nuestro trabajo y evaluación de alumnos y la sociedad vive y ve sólo la envidia de nuestra jornada, sin darse cuenta de que el profesor que de verdad trabaja, acaba agotado de sus horas en clase y sus muchísimas más horas de trabajo fuera del aula.
No somos guarderías, nuestro trabajo es descubrir el gusto por el aprendizaje en nuestros alumnos. El gasto en libros es constantemente criticado y los que más lo critican tienen hijos con maquinitas, móviles y ropa que vale el triple que sus libros y, yo me pregunto: ¿qué le da futuro a ese hijo? ¿a cuánto sale el curso si se dividen esos euros que cuesta el inicio de curso por alumno en los nueve meses? No nos engañemos, la gente con problemas económicos de verdad, son ayudados por los centros.
¿Cómo vamos a enseñar a nuestros alumnos el trabajo cooperativo y el entendimiento y tolerancia si no lo ven hacer a sus familias, profesores e instituciones?
Momentos duros, de reflexión, sí, mucha reflexión y autoevaluación.
Sólo nos queda la ilusión, la esperanza, la responsabilidad y nuestra conciencia de trabajo. Esos niños y chicos que tenemos en nuestras aulas son el futuro, sigamos intentando que sean mejores que la generación anterior intelectual y humanamente.
¡¡FELIZ DÍA DEL DOCENTE!!